Cesta
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El niño intentó tocar sus huesos. El miedo lo consumió. La punta del hacha no pudo vulnerar su piel. La muerte tuvo temor de herirlo.
El adolescente se percató del milagro. Tal vez sólo su padre lo estaba cuidando. Posiblemente conocía la verdad después de la muerte. Era claro cómo debía actuar.
El hombre sabía que cargaba un Madero. Sus huesos le dolían ante el cansancio. Ahora no quería tocarlos. Solo deseaba adquirir libertad. El miedo dejó de consumirlo. La muerte huyó del lugar.
El anciano renació.